Para zanjar el tema de nuestros "cangrejos" vencibles, quieros deciros que la gente de mi alrrededor parece haber hecho suyo el himno de ese equipo "nunca caminarás sólo". Ya he comentado la importancia de tener un buen "equipo" con Pedro, con Conchi y con Ana ( Rafa, eres grande, no hay más que ver tu sonrisa y el brillo de tus ojos). Así es que quiero daros las gracias a todos, a unos por ser capaces de hablar conmigo (aún recordando que hace más de doce años, hablar con un enfermo de cáncer me provocaba temblor en las piernas). Otros me han obligado a ir a romería sin preparar nada o me han visitado sin saber qué clase de despojo se iban a encontrar. Quiero referirme a cuatro personas, como ejemplo ( y a sus cónyugues, que los han ayudado): A Enrique, que se ha tragado sapos y culebras desde el día que habló con el doctor Gurpegui pasando por lo que tuvo que escuchar de la boca de su amigo Mariano y finalmente no se cumplió. A Mari Carmen, que ha hecho posible poner con cuatro años a "la niña del milagro". Y a Delia, la mujer que aparecía en mi casa fonendo en mano, y otoscopio, linterna y paletas en la cartera cada vez que le he dicho: "Susana, tengo fiebre, o tengo placas en la boca". Yo creo que sigo aquí porque las pequeñas goteras que se llevan a otros las ha arreglado ella nada más aparecer. La cuarta es alguien que no está pasando buenos momentos y que en el bautizo de Julia Estrella, en lugar de irse al patio con los amigos, decidió permanecer sentada junto a mí todo el tiempo. Suerte, Mari Angeles.
Por todo eso, aunque mi corazón es bético, me alegro cuando gana el Sevilla porque me imagino disfrutando a pesar de todo a Nino, a Rafa el de Ana, a Rafa de Paterna (me debes una cena, que se hará en mi casa, es que no tengo vuestro correo) y a Nuria. ¡Claro! que también me acuerdo de su madre, que es del Betis. ¡Lo que llevará aguantado esa criatura...!
Besos y Besos.
