En la tarde noche del pasado sábado se celebró en nuestra iglesia parroquial la Solemne Función de Instituto de la Hermandad de las Tres Horas. En ella, nuestros amigos los componentes del Coro Sacramental Cristo de las Aguas nos deleitaron interpretando piezas corales de Mozart y Tomás Luis de Victoria. El envolvente sonido que llenó el templo consiguió momentos sublimes de espiritualidad. Desde aquí quiero darles las gracias por su regalo, el esfuerzo que han puesto, el amor que muestran por la música y el hecho de que constituyen un ejemplo de superación y utilización beneficiosa del tiempo para ser y hacer más felices a los demás.
Y ya en la mañana de su 46 cumpleaños, nuestro amigo Enrique nos regaló su llegada, un año más, a la meta del maratón de Sevilla tras 42 kilometritos que para mí no los quisiera. Aún recuerdo las historias contadas entre él, Inma y Luis que tan bien me hicieron pasar mis días de estancia hospitalaria hace un año. Hablaban de personas anónimas que a fuerza de compartir los caminos en los parques sevillanos al amanecer, ya se saludaban deseando lo mejor e informando a unos de la situación de sus compañeros de carrera o de su hermano, en este caso (Inma, Enrique ha pasado por tal sitio a esta hora. Hoy está que se sale...) .Confío y deseo que todos ellos hayan estado entre los 2449 que llegaron a meta. Por cierto, Enrique paró su cronómetro en 4:03:06 horas. Y aunque sus ánimos aún no están para felicitaciones, desde aquí le digo: Ánimo, campeón, espero que vuelvas a conseguirlo el año próximo. Felicidades también a nuestros amigos Plácido Cote y Antonio Osuna.