lunes, 4 de febrero de 2008

LA PRIMERA NOCHE




Llegó la noche. Ten piedad del hombre, Señor en este momento en que, habiendo acabado su tarea se pone ante Tí, como el niño al que le preguntaron si se manchó las manos. Las mías están limpias ¡Acabé mi jornada! He sembrado el trigo y lo he recogido y de este pan que he hecho han comulgado mis hijos o mis amigos. Ahora he acabado. ¡Vivo en el quicio de la muerte y una alegría inexplicable me embarga!
Paul Claudel